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Resumen / Abstract El caballo astrológico en el tratado de albeitería de Manuel Díez The astrological horse in the veterinary medicine treaty of Manuel Díez A través de un manuscrito conservado en la Biblioteca de Catalunya (ms. Through a manuscript preserved in the Biblioteca de Catalunya (ms. 1661) 1661) nos adentramos en el análisis de uno de los tratados de veterinaria más we enter into the analysis of one of the most popular treaty of veterinary populares de las postrimerías de la Edad Media e inicios del Renacimiento medicine of the late Middle Ages and the early Renaissance in the en la Corona de Aragón. Su autor Manuel Díez, noble valenciano, Crown of Aragon. His author Manuel Díez was a Valencian noble who participó en la expedición que ocupó Nápoles dirigida por el rey Alfonso participated in the expedition that occupied Naples directed by the king el Magnánimo. El manuscrito conservado en Barcelona contiene tres Alfonso el Magnánimo. The manuscript conserved in Barcelona has three ilustraciones. Desde el punto de vista iconográfico, la más interesante es la illustrations. The most interesting one, from an iconographic point of view, dedicada al caballo astrológico por las similitudes que muestra con el homo is the picture dedicated to the astrological horse because of its similarities signorum, imagen inspirada en un tipo de doctrina que consideraba a cada with the homo signorum, an image inspired in a doctrine that considered una de las partes del cuerpo susceptible de ser influenciada por las doce every part of the body susceptible of being influenced by the twelve constelaciones y los planetas. constellations and the planets. Cuadros de flores en la catedral de Toledo, donados por el cardenal Flower paintings in Toledo Cathedral, donated by Cardinal Pascual de Pascual de Aragón Aragón Entre la abrumadora cantidad de pinturas que posee la catedral de Toledo Among the overwhelming quantity of paintings that are present in Toledo han pasado casi desapercibidos unos cuadros del siglo XVII con motivos Cathedral, we find some floral designed canvases from the 17th century. florales, que el cardenal Pascual de Aragón donó a la catedral y entre los que These paintings, donated to the Cathedral by Pascual de Aragón, have figuran importantes obras de Daniel Seghers y Mario Nuzzi. En este artículo practically gone unnoticed to date. This article is an attempt to study them pretendemos su estudio y darlas definitivamente a conocer. A la vez que se and to finally help them become recognized, at the same time also alerting alerta sobre el estado de conservación de algunos de ellos. to the bad state of conservation of some of them. “Crear artífizes yluminados en el buen camino de el Arte”: los últimos “Crear artífizes yluminados en el buen camino de el Arte”: the last discípulos españoles de Mengs Spanish disciples of Mengs El 27 de enero de 1777 Antonio Rafael Mengs abandonó Madrid acompañado On January 27th, 1777, Anton Raphael Mengs left Madrid accompanied by por cinco jóvenes pintores que estudiarían bajo su dirección en Roma. five young painters who would study under his direction in Rome. Francisco Francisco Agustín, Buenaventura Salesa y Carlos Espinosa, discípulos de Agustín, Buenaventura Salesa and Carlos Espinosa, pupils of Bayeu, Manuel Bayeu, Manuel Napoli, de Maella, y Francisco Javier Ramos, del propio Napoli, Maella’s disciple, and Francisco Javier Ramos, Mengs’ own disciple, Mengs, formaron ese privilegiado grupo en el que Goya quiso integrarse. En formed this privileged group that Goya wanted to join. During two years los dos años y medio que estuvieron al lado del maestro, y en los muchos que and a half they were working with the master, and the time they remained permanecieron en Roma bajo la protección de José Nicolás de Azara, estos in Rome under the protection of José Nicolás de Azara, these painters pintores pudieron completar su formación bajo los principios artísticos del completed their education under the artistic principles of ‘the painter “pintor filósofo”. Sin embargo, a su regreso a España sus obras y enseñanzas philosopher’. However, when they returned their works and their training apenas trascendieron en el desarrollo de nuestra pintura. had hardly any impact in the development of the Spanish painting. Un château para el rey de España. Alternativas estilísticas en el A French château for the King of Spain. Stylistic alternatives in the plan proyecto de palacio para Alfonso XIII en la isla de Cortegada (1907-1914) of a palace for Alfonso XIII in the island of Cortegada (1907-1914) Tras el casamiento celebrado en 1906 con Victoria de Battenberg, diferentes After the wedding celebrated in 1906 with Victoria of Battenberg, the localidades ofrecieron terrenos al rey Alfonso XIII para construir un King’s Alfonso XIII intentions to have a new royal palace for the summer palacio de veraneo. Uno de los proyectos más ambiciosos fue el de la isla de were being offerd in different locations. One of the first considered was the Cortegada, en la ría de Arousa (Pontevedra), para el que realizaron planos island of Cortegada, in Arousa (Pontevedra). The engineers Andrés Ripollés los ingenieros Andrés Ripollés y Eugenio Ribera, junto al arquitecto Luis and Eugenio Ribera, and the architect Luis Bellido González made the Bellido González. Esta propuesta de château francés, alternativa al Old plans. However, the French château building, alternative to the Old English English Style de la Real Casa de Campo de Miramar, nunca llegó a pasar Style of the Royal Country-house of Miramar, never went ahead. Finally it del papel, siendo el palacio real de La Magdalena elegido finalmente como was the Royal Palace in La Magdalena, which was chosen as a gift and new nuevo sitio real de veraneo. summer place. Goya, en el ojo de la modernidad Goya, in the eye of modernity En 1928 se conmemoró el centenario de la muerte de Goya en Madrid y en In 1928, the hundredth anniversary of Goya’s death was commemorated in Zaragoza. En Madrid destacaron las publicaciones, entre otras, de Ramón Madrid and Zaragoza. In Madrid, some reviews, among others, by Ramón Gómez de la Serna, y en Zaragoza, una obra singular, el edificio llamado Gómez de la Serna had a widespread coverage, and in Zaragoza, a singular “El Rincón de Goya”, y un manifiesto, inspirado en otro anterior de Gómez work of art, the so called building «El Rincón de Goya» (“The Corner of de la Serna, confeccionado por el artista Ramón Acín en defensa de Goya”), and a manifesto, brought on other former one from Gómez de la aquel edificio moderno y en respuesta a las celebraciones oficiales del Serna, was produced by the artist Ramón Acín in defence of this modern centenario. building and in answer to the authorised anniversary celebrations. El caballo astrológico en el tratado de albeitería de Manuel Díez1 · josefina planas badenas · Universitat de Lleida Todo caballo bueno, en primer lugar y principalmente, pues eso es lo fundamental de la belleza y bondad, debe ser bien embridado y dejarse embridar con todo tipo de frenos. Y que tenga el freno firme y a mitad del cuello. Y llevar correctamente el morro bajo entre el pecho y alejado del cuello medio palo. Debe saborear con frecuencia la brida mostrando placer y debe salivar con mesura, y que sea bueno de embridar y ensillar y de herrar, debe tener buena cara y firme que no se asuste de nada ni de ningún miedo que con armas o con árboles se le haga. En el campo debe tener paso amplio y largo y por ciudad corto y bien preciado, y debe saber trotar largo y corto y plano… Debe girar bien a ambas manos… Pero su giro debe ser de dos trancos y eso es más seguro y más hermoso. Debe saber bien galopar largo y corto por montañas y valles y campo abierto2. 1 Manuel Díez: Libro de albeitería, capítulo IX. Los orígenes fabulosos de los caballos lusitanos que, de acuer- rica tradición cultural que yuxtapone ciencia y magia, es decir, do con un mito arraigado en la Antigüedad, se reproducían conocimientos empíricos y supersticiones6. por la acción del viento del Oeste (Zephyrus) sobre las yeguas de esta raza equina es un testimonio3, entre otros, que ma- Desde las más antiguas culturas la salud del caballo estuvo aso- nifiesta el aprecio existente desde las más antiguas culturas ciada a la práctica ecuestre, pero las bases científicas de este hacia este noble animal4. Adiestrado para la guerra, a pesar saber se sentaron en el mundo clásico. Resulta significativa la de su instinto de huida, o convertido en símbolo de prestigio anécdota atribuida a Hipócrates Indicus, quien desengañado social durante épocas de paz, el caballo –dúctil pero en última de la conducta humana decidió dedicar su ciencia a los ani- instancia independiente– ha sido admirado por su elegancia e males. El legado del Bajo Imperio romano representado por impetuosidad (fig. 1). Publio Renato Vegezio desembocó, por una parte, en la medi- cina veterinaria bizantina y, por otra, en el mundo occidental. Dentro de este contexto, los tratados de veterinaria equina for- En la brillante corte siciliana, Giordano Ruffo, caballerizo del maron parte de un tipo de literatura científica que tuvo predi- emperador Federico II Hohenstaufen, redactó una obra de camento a fines de los siglos medievales. Estos conocimientos albeitería que renovó los estudios de veterinaria, aunque el condensados en manuscritos, a veces iluminados, no han lla- texto no fue concluido hasta la muerte del monarca7. Ruffo sin- mado la atención de los investigadores, poco interesados por tetizó de forma admirable la cultura tradicional, derivada de un ámbito tangencial a los temas tradicionales abordados por antiguos tratados dedicados a las diversas patologías equinas la historiografía artística5. A lo largo de la Edad Media, el éxito y de Vegezio, con la experiencia acumulada durante años de de estas lecturas vino avalado por el hecho de que la salud de los práctica veterinaria. A su vez, Bartolomeo de Messina tradujo caballos era importante, especialmente en las diversas cortes directamente del griego un Liber Hierodis ad Bassum de cura- europeas, centros de poder donde el caballo, al margen de man- tione equorum translatus de graeco a magistro Bartholomaeo tener unos valores económicos, sociales y afectivos, se convir- de Messana. Poco después, Moisés de Palermo, médico judío tió en un objeto de prestigio que requería una atención especial. asentado en este enclave siciliano y traductor oficial en la cor- El análisis de estos códices permite evaluar la conexión exis- te de Carlos I de Anjou, fue el encargado de verter al latín una tente entre la práctica médica humana y equina, fruto de una colección de manuscritos médicos árabes, entre los que se ha- 187 1 Maestro de Boucicaut: Venta de caballos árabes. Livre des Merveilles, c. 1413. París, BnF, ms. fr. 2810, fol. 92r. 2 Representación de un caballo enjaezado en el Kitab al-Baytara. Istanbul, Bibliothèque de l’Université, inv. 4689. (Foto: D.R.). En Chevaux et cavaliers arabes dans les arts d’Orient et d’Occident, Institut du monde arabe, Éditions Gallimard, París, 2002. identificado con Alfonso XI en contra de la opinión más gene- ralizada que lo relacionaba con Alfonso X el Sabio9, monarca que en la recopilación jurídica de las Partidas exigía a los caba- lleros poseer nociones de albeitería10. Lorenzo Rusio, albéitar que dedicó su obra al cardenal Napo- león Orsini, se erige en un autor clave en el marco de la histo- riografía italiana y europea de los siglos medievales. Su influ- jo también se dejó sentir en la tradición veterinaria hispana y de la Corona de Aragón. El mérito de Rusio reside en el hecho de haber experimentado en primera persona la eficacia de los remedios propuestos por otros autores precedentes y revelar- se decididamente contrario a los métodos violentos aplicados en la doma de un caballo, defendiendo la comprensión huma- na hacia la actitud del animal con la finalidad de adiestrarlo correctamente11. El manuscrito analizado corresponde al tratado de albeitería compuesto por Manuel Díez, obra que gracias a la aparición de la imprenta se convirtió en el principal libro de veterinaria du- rante los últimos años del medioevo e inicios del Renacimiento hispánicos12. Su autor, Manuel Díez, noble valenciano de ascen- dencia aragonesa, señor de la baronía de Andilla, había acudido al compromiso de Caspe en calidad de embajador del reino de Valencia. De acuerdo con la información aportada por Jeróni- mo Zurita, tuvo un papel destacado en las luchas que habían enfrentado a los bandos urbanos valencianos, tomando partido a favor de los Centelles. También sabemos que contrajo matri- monio con Catalina de Vilanova y Aragón13. Más tarde, el rey 2 Alfonso V de Aragón lo nombró mayordomo y administrador de la Casa Real, con autoridad sobre los caballerizos y los albéi- llaba un tratado de albeitería atribuido de manera fantasiosa a tares, entrando a formar parte del consejo personal del sobera- Hipócrates Indicus8. no. El favor real le permitió ser uno de los barones convocados a cortes. Entre los años 1420-1423 participó en la expedición Los reinos cristianos de la Península Ibérica no fueron refrac- que ocupó Nápoles, y el Magnánimo en reconocimiento a los tarios a este tipo de escritos, y más si tenemos en cuenta el con- servicios prestados le concedió la bailía y la alcaldía del castillo tacto establecido con el mundo islámico, cultura que contaba de la Vall d’Uixò, regentada hasta ese momento por el caballe- con una fructífera colección de tratados basados en antiguas ro y poeta Jordi de Sant Jordi14. Manuel Díez fue miembro del versiones griegas. En el reino de Castilla debemos señalar la tribunal creado por el Consejo de la Ciudad de Valencia para existencia de un tratado anónimo, compilado durante la segun- examinar a quienes ejercían la albeitería (Tribunal del Protoal- da mitad del siglo XIII a instancias de un rey llamado Alfonso, beiterato), junto con Jaume Roig, médico de cámara de la reina 188 g o ya 3 4 0 · a ñ o 2 0 1 2 3 La caza del ciervo. Libro de la caza de Gaston Phébus, c. 1407. París, BnF, ms. fr. 616, fol. 85v. María de Castilla a la vez que consejero de la ciudad y reco- nocido escritor. Estos datos biográficos subrayan la estrecha vinculación mantenida entre la medicina humana y la animal durante este período15. De acuerdo con hipótesis publicadas en estudios más recientes, Díez redactaría el Llibre de Manescalia cuando ejercía el cargo de alcalde de la Vall d’Uixò, en unas fechas que oscilan entre los años 1424 y 1436. Esta conclusión se desprende de los comenta- rios que inciden en la calidad de la cebada cultivada en el reino de Valencia y la recomendación de ofrecer exvotos de cera a un santuario, puesto bajo la advocación de Santa Quiteria, como último remedio para sanar a los caballos que habían sido mor- didos por un perro rabioso. Este último dato se relaciona con un oratorio dedicado a la santa, situado en la localidad de Al- mazora, próxima la Vall d’Uixò16. Pese a los amplios conocimientos atribuidos a Manuel Díez, su tratado se inspiró en uno de los mejores compendios de la épo- 3 ca: el Liber Marescalciae de Lorenzo Rusio (1288-1347), autor que ejerció la profesión de veterinario en Roma. Por parte pe- ninsular, Díez se benefició de los contenidos expuestos en un forma que en caso de accidente o batalla cualquier caballero manuscrito castellano anónimo, antes citado, que se data en tor- estuviera capacitado para curar a su caballo o mula. Se ha afir- no a la segunda mitad del siglo XIII, titulado Libro de fecho de mado, con escasa solidez, que pudo ser compuesto a instancias los cavallos. Esta obra, que yuxtapone los contenidos dedicados del rey Alfonso V de Aragón, dado que el autor reconoce en el a albeitería con recomendaciones relativas a la práctica de la prólogo de la obra ejercer el cargo de mayordomo en su corte19. equitación, fue traducida al catalán en una fecha indetermina- Esta preocupación por la salud de los caballos era un reflejo de da, a principios del siglo XIV. En uno de los ejemplares conser- las tendencias existentes en los reinos europeos bajomedieva- vados actualmente en la Biblioteca Mediateca de Perpiñán (ms. les, escenarios cortesanos donde se concentraba el mismo afán 28) existe una referencia textual referente al valor de los signos por conservar en perfectas condiciones a unos animales im- celestes con respecto a la salud del caballo (fol. 9), que no tiene prescindibles para la guerra y útiles para el recreo en épocas de repercusión icónica en el manuscrito17. Como se ha indicado, los paz. La originalidad de nuestro escritor radica en el hecho de reinos cristianos de la Península Ibérica no fueron indiferentes haber añadido al tratado de los caballos el de las mulas, fijando hacia este tipo de obras, a causa del contacto establecido con el las normas a tener en cuenta en la medicina y cirugía de estos mundo islámico, cultura que contaba con una notable produc- animales, es decir la mulo-medicina (fig. 3)20. ción de tratados de albeitería, corroborada por la traducción al castellano del Tratado de los caballos enfermos, denominado Ki- El texto redactado por Díez consta de dos libros o tratados, el pri- tab al-Baitarah, redactado por Ibn Akhî Hizâm (fig. 2)18. mero dedicado a los caballos y el segundo a las mulas. Su tono compendioso y ordenado facilitó su difusión, siendo objeto de Manuel Díez recopiló las enseñanzas de los mejores albéitares versiones o traducciones al napolitano (c. 1488), al francés, al ara- con el objetivo de redactar un manual de veterinaria equina, de gonés gracias a la pluma del caballero Martín Martínez de Am- josefina planas badenas 189 4 Manuel Díez: Puntos principales de sangría de un caballo. Llibre de Menescalia, 1502. Barcelona, Biblioteca de Catalunya, ms. 1661, fol. 6r. 5 Manuel Díez: Principales patologías de un caballo. Llibre de Menescalia, 1502. Barcelona, Biblioteca de Catalunya, ms. 1661, fol. 7r. piés (c. 1495), al castellano (c. 1500) y al galaico-portugués. E in- cluso, algunas de estas traducciones fueron objeto de impresión21. Entre los diversos ejemplares conservados de la obra redacta- da por el noble valenciano, el más atractivo –desde el punto de vista artístico– es el custodiado en la Biblioteca de Catalunya (ms. 1661), concluido el día 4 de agosto de 150222, destinado a un miembro de la familia Eimeric, según informa un emblema heráldico situado en el frontispicio. La presencia de estas ar- mas, concedidas por el rey Juan II de Aragón en 1476 (fol. 9)23, nos permite suponer, con toda probabilidad, que el códice des- crito pudo ser realizado para Joan d’Eimeric, baile general de Catalunya. El manuscrito ingresó en la biblioteca barcelonesa en 1936, procedente del legado de Josep Maria Milà i Camps, conde de Montseny24. Pere Bohigas, en su estudio consagrado a 4 la miniatura catalana del período gótico, constató su presencia entre los fondos miniados de la institución barcelonesa, con un comentario poco entusiasta en relación a sus cualidades estéti- cas25, opinión que no compartimos por considerar a este códice uno de los más notables dentro de una categoría de libro que antepone el sentido práctico de las imágenes al placer pura- mente estético emanado de su contemplación. El manuscrito barcelonés comienza con un índice (fols. 1-2v) al que siguen tres folios con representaciones referentes a équi- dos26: en la primera se destacan cada una de las partes del ca- ballo influenciadas por los signos del zodíaco (fol. 5v), en la se- gunda se señalan los principales puntos de sangría (fol. 6) (fig. 4) y en la tercera se indican las principales patologías sufridas por los caballos (fol. 7) (fig. 5). Las imágenes fueron realizadas a pluma con ligeros toques a la aguada, características que le confieren, en mayor o menor medida, valores plásticos. Estas particularidades de índole artística favorecen la existencia de puntos de contacto con las observaciones morfológicas efec- tuadas por el propio autor en el capítulo VIII, cuando se detie- ne a pormenorizar el ideal estético del caballo: “El caballo debe tener la cabeza enjuta y descarnada y la frente amplia y los ojos grandes salidos hacia fuera y las cejas planas y no demasiado gruesas y los párpados hinchados y rellenos hacia fuera y las orejas cortas y agudas y rectas y sin que le cuelguen (…) y en los carrillos poca carne. Los ollares muy amplios y que desde den- 5 190 g o ya 3 4 0 · a ñ o 2 0 1 2 6 Hombre zodiacal. Muy Ricas Horas del duque de Berry, c. 1416. Chantilly, Musée Condé, fol. 14v. tro se les vea enrojecer. La boca bien cerrada y el morro inferior más largo que el superior y con poca carne”27. De las tres imágenes citadas, la más atractiva por su conteni- do iconográfico, es la correspondiente al equus signorum. Esta denominación deriva de las similitudes establecidas con la iconografía análoga del homo signorum, representación repro- ducida en textos médicos y devocionales elaborados durante los siglos bajomedievales (fig. 6). Los orígenes de esta icono- grafía se remontan a la melothesia, doctrina que consideraba a cada una de las partes del cuerpo humano susceptible de estar influenciada directamente por las doce constelaciones y los planetas. Esta asociación, enunciada en el seno de la cultura helenística, etapa que promovió la fusión de teorías herméti- 6 cas con aportaciones de la mística oriental, sistematizada en los inicios de la era cristiana, se mantiene todavía vigente en la actualidad. Sus manifestaciones icónicas han sido estudiadas sincréticas que reconciliaron al cristianismo con las antiguas en profundidad desde la perspectiva humana28, pero no desde cosmologías paganas32. la equina, al menos por lo que se refiere a la tradición historio- gráfica española29. A pesar de las prohibiciones expresadas en alguno de los cáno- nes correspondientes al concilio de Braga I, celebrado en el año Los primeros testimonios literarios que interrelacionan el zo- 561, y en otro sínodo reunido dos años después (563)33, la astro- díaco con el hombre pertenecen a la primera centuria de la era logía pasó a formar parte de los conocimientos “científicos” de cristiana y en especial a la época del emperador Augusto. Con- la época. A sus enunciados se sumó la asimilación alegórica de cretamente, esta imbricación se detecta en el Astronomicon los signos del zodíaco, manifiesta en algunos tratados de san Ze- de Marcus Manilius y, más tardíamente, en la obra Mathesis nón –obispo de Verona– a la que Beda el Venerable añadió la dis- redactada por Julius Firmicus Maternus. De acuerdo con sus ciplina del cómputo, que sirvió para calcular la situación de los postulados, cada uno de los miembros está asociado a un signo días de Pascua en el calendario litúrgico cristiano y otras fiestas zodiacal y cada uno de ellos ejerce un especial poder en la par- de la Iglesia. Estos conocimientos moralizados se unieron a un te señalada. En este contexto, órganos vegetales, piedras pre- conjunto de textos que aglutinaron contenidos referentes a con- ciosas y metales se sometieron a una clasificación sistemática sejos médicos y morales, con indicaciones alusivas a los trabajos que alcanzará su punto álgido en el Picatrix, un manual de ma- agrícolas de cada mes, cristalizando en una serie de creencias gia escrito en lengua árabe durante el siglo IX bajo la influen- médico-astrológicas que emergieron posteriormente en la ima- cia directa de la tradición astrológica gestada en el mundo he- ginería de los meses desarrollada en los libros de horas34. lenístico30. La filosofía de esta obra revela una concepción del mundo neoplatónica, basada en la interrelación establecida Los principios elementales de este tipo de medicina medieval entre el microcosmos y el macrocosmos, es decir entre el polo consideraban al hombre un microcosmos compuesto por cua- astral y el terrenal31. El acento puesto por parte de los padres tro elementos primarios, localizados en el macrocosmos35. Las de la Iglesia contra este tipo de credos y en concreto contra la características naturales y el temperamento peculiar de estos “doctrina de los doce signos”, evidencia la popularidad alcan- elementos, más su relación con las esferas celestiales (el zodía- zada por estas ideas, en especial por parte de algunas sectas co gobernaba la anatomía externa y los planetas tutelaban los josefina planas badenas 191 7 Manuel Díez: Caballo astrológico. Llibre de Menescalia, 1502. Barcelona, Biblioteca de Catalunya, ms. 1661, fol. 5v. 7 órganos internos), y el papel protagonista desempeñado por la El concepto de hombre microcosmos se incorporó a lo largo de Luna en las diversas patologías humanas, se consideraban fac- los siglos XIII y XIV a los tratados médico-astrológicos descri- tores determinantes a la hora de tratar las enfermedades36. De tos. No obstante, hubo que esperar hasta el siglo siguiente para este modo, la relación mantenida por la Luna con el signo que observar la representación iconográfica del equus signorum. gobernaba el órgano afectado era decisiva a la hora de realizar Este motivo iconográfico generado a partir de la relación texto- determinadas prácticas curativas. En concreto, debían llevarse imagen, presente en el ejemplar de Lorenzo Rusio, permite in- a cabo teniendo en cuenta la fase lunar que regía el comienzo tuir la existencia de un arquetipo de origen clásico reelaborado de la enfermedad y la correspondencia existente entre el plane- en una corte culta, identificada con la angevina de Nápoles. En ta y el signo zodiacal con respecto al miembro enfermo37. concreto, la representación del caballo zodiacal aparece en tres 192 g o ya 3 4 0 · a ñ o 2 0 1 2 manuscritos basados en el texto de Rusio, traducidos por Anto- vorito del soberano, y además eran imprescindibles para em- nio Dapera hacia 134138. prender cualquier contienda bélica43. Por esa razón, Alfonso V de Aragón prestó gran atención al cuidado de las caballerizas En un excelente estudio, Lia Brunori propone que la icono- y al forraje específico que requerían sus monturas, e incluso grafía del caballo zodiacal, al menos por lo que se refiere a la parece ser que el reino de Nápoles se convirtió en un centro península italiana, debió ser transferida en el ambiente cor- importante de cría caballar44. El interés por la práctica ecuestre tesano del monarca Roberto de Anjou (1310-1341), ya que por facilitó que la corte napolitana de Alfonso de Aragón regalara, aquellas fechas la imagen de la melothesia humana era espe- con fines diplomáticos, refinadas copias de diversos tratados cialmente grata a la escuela de Salerno39. De acuerdo con su dedicados a la salud de los caballos, actividad libraria reflejada opinión, la personalidad de Antonio Dapera coincide con un en los inventarios regios45. Además, en la biblioteca de los reyes religioso dominico llamado Antonio, capellán de corte, calí- aragoneses de Nápoles consta la existencia de al menos diez vo- grafo, miniaturista y administrador de la rica biblioteca del lúmenes de argumento veterinario, consignados por Tammaro monarca angevino. La tradición iconográfica descrita perdu- di Marinis, que corroboran el interés del escritorio regio hacia ró bajo el reinado de Ladislao de Anjou Durazzo40, y es preci- este tipo de tratados46. samente dentro de este ambiente intelectual cuando resulta plausible plantear el contacto con otras cortes septentriona- En el códice barcelonés analizado, el miniaturista opta por les de Italia, estrechando unos vínculos que se reforzaron en una tipología iconográfica observada en otros ejemplares 1444 mediante el matrimonio de María, segunda hija ilegíti- manuscritos correspondientes a la obra de Manuel Díez. Se ma de Alfonso el Magnánimo, con Leonello d’Este, marqués trata de un caballo tordo levantado ligeramente de manos, de Ferrara. Las relaciones entre el reino de Nápoles y Ferrara inscrito en el interior de un esquema circular que rememora se fortalecieron con las visitas que el hermano del marqués, la imagen de un universo esférico, en sintonía con las apor- Borso d’Este, realizó a Nápoles entre 1444 y 1445. Años des- taciones de la cosmología helenística47. Fuera de este círcu- pués, la unión de Ercole d’Este con Leonor, descendiente de lo celestial se sitúan las representaciones del Sol y la Luna Ferrante I de Aragón, reafirmó todavía más estos lazos41. Esta y cuatro planetas (Saturno, Venus, Júpiter y Mercurio). El política matrimonial afianza la presencia del “caballo zodia- nombre de cada uno de los signos zodiacales está caligrafiado cal” en la corte de Ferrara y más teniendo en cuenta las in- en tinta de color carmín sobre cada una de las partes perte- quietudes mostradas por ese núcleo cortesano hacia este tipo necientes al cuerpo del caballo regido por el astro correspon- de temas astrológicos. diente48. Otra variante, arraigada igualmente en la tradición iconográfica humana, muestra al equino rodeado por un cír- En suma, el clima cultural esbozado permite afirmar que el culo formado por los doce signos zodiacales que circundan contacto existente entre el reino de Nápoles y la Corona de Ara- el cielo, mientras desde cada uno de ellos surge un conjunto gón sirve para acreditar la incorporación del caballo zodiacal de líneas que indican la zona del cuerpo gobernada por los en el Tratado de albeitería de Manuel Díez. astros correspondientes49. El texto redactado por el noble asentado en el reino de Valencia En ambos casos revisten especial importancia las relaciones debió ser especialmente grato a Alfonso V de Aragón, ya que establecidas entre los planetas y los signos del zodíaco, forman- según las crónicas el Magnánimo era un consumado jinete que do una especie de banda que circunda el cielo de horizonte a montaba diariamente a primera hora de la mañana42. Un rey, en horizonte. Las principales fuentes de interpretación se basan esta corte que tanto valoraba al caballo, necesitaba disponer en las relaciones de los planetas con las denominadas “Casas un número destacado de estos animales. Los caballos eran un del cielo”, que representaban la división de la cúpula celeste elemento indispensable para practicar la caza, el deporte fa- en seis áreas por encima del horizonte y seis por debajo de él. josefina planas badenas 193 8 Lluís Borrassà: Retablo de San Pedro de la iglesia de Terrassa, detalle del Calvario, c. 1411-1413. Museu de Terrassa, Barcelona. 9 Jaez en forma de creciente lunar, siglo XIV. Museo Lázaro Galdiano, Madrid. midades anteriores, Cáncer el pecho, Leo el corazón, Virgo el aparato digestivo, Libra la grupa, Escorpión los genitales, Sagitario los muslos, Capricornio la región carpiana, Acuario las extremidades posteriores y Piscis los cascos. A estos sig- nos del zodíaco se les asignaban las cualidades de los cuatro elementos (agua, fuego, aire y tierra), de los cuatro humores (sangre, cólera, flema y melancolía) y se les vinculaba con un mes del año. Los procesos que sufría el caballo en la región del signo correspondiente al mes en que se manifestaban ad- quirían notoria gravedad. A los astros también se atribuían in- 8 fluencias sobre diversos humores y partes del organismo: Ve- nus ejercía sus efectos sobre los órganos genitales, el corazón estaba gobernado por el Sol, Júpiter tenía influencia sobre la sangre, Marte sobre la cólera, la Luna sobre la flema, Saturno gobernaba la melancolía y, finalmente, el cerebro estaba regi- do por Mercurio. No obstante, el astro más preciado era la Luna, en especial las diversas fases lunares y su conjunción con el Sol en el mismo signo zodiacal (fig. 7). Las repercusiones del influjo lunar, des- de el principio de los tiempos, fueron objeto de una mezcla de veneración y temor, y más teniendo en cuenta que la influen- cia de la Luna estaba íntimamente asociada con el mal de ojo, creencia que reclamaba una práctica preventiva. Estas creen- cias propiciaron, al menos en el ámbito peninsular, la creación de amuletos-talismanes con forma de creciente (figs. 8 y 9), investidos con cualidades apotropaicas que dotaban a los ca- ballos de fuerza y vigor51. Prueba de esta convicción es la reco- mendación efectuada por Lorenzo Rusio en el último capítulo 9 del libro Memorabilia sive notabilia. El autor aconseja que si se desea descolmillar a un caballo correctamente, esta inter- La cantidad de estrellas situadas en las doce “Casas del cielo” vención debe efectuarse cuando la Luna sea menguante y no cambiaba constantemente y permitía formular un horóscopo cuando sea creciente porque este astro tiene poderes para in- para cada ocasión. Algunos planetas como Júpiter, el Sol y Ve- crementar y reducir los humores en el cuerpo del animal52. nus eran propicios, mientras Saturno, Marte y la Luna eran des- favorables a la hora de determinar la aparición y el desarrollo En definitiva, en función de la posición de los planetas, de las de la enfermedad50. fases de la Luna o de los signos del zodíaco, resultaba óptimo o contraindicado sangrar, purgar, cauterizar, realizar determi- Ambas tipologías explican la acción de los signos zodiacales nadas intervenciones quirúrgicas o aplicar ciertas técnicas de en relación a los miembros del caballo: Aries actúa sobre la doma53. En este contexto, deseamos poner de relieve la con- cabeza, Tauro gobierna la región de cuello, Géminis las extre- vivencia de conocimientos científicos con prácticas inscritas 194 g o ya 3 4 0 · a ñ o 2 0 1 2 10 Manuel Díez: Caballo astrológico. Llibre de Menescalia. Palermo, Biblioteca Centrale della Regione siciliana, ms. V-E, 17. dentro de la superstición, acreditadas por algunas versiones gina entera, inspiradas en libros de veterinaria que debido a de la obra de Manuel Díez que incluyen plegarias e invocacio- su uso didáctico reclamaron la estrecha colaboración entre nes consideradas útiles para conseguir la milagrosa curación el texto y la imagen representada (fig. 12)58. Las ilustracio- de las enfermedades. Estas acciones terapéuticas debían ser nes del códice hispalense aleccionan sobre el modo de suje- consumadas por el propietario de la montura, sugestionado tar a un caballo para echarlo a tierra (fol. 7), para darle de mediante prácticas propiciatorias que facilitaban la comu- beber (fol. 7v), para inmovilizarlo en una potrera (fol. 10) y, nicación con el mundo sobrenatural. En una de ellas, el tono finalmente, para sujetarle la cola mediante la intervención pintoresco de la oración pone en paralelo los sufrimientos de de un mozo montado a horcajadas (fol. 10v). Este ciclo de Cristo en la cruz con las enclavaduras de una montura: “Esta- imágenes se organiza de forma similar al amplio programa réis arrodillado hacia el sol naciente y diréis tres Padrenues- tros, y tres Avemarías; y después diréis las siguientes palabras sin interrupción: Así como es cierto que Nicodemo desclavó las manos y los pies de Jesucristo de la cruz, que se cure esta bestia de la herida de este clavo o espina o astilla o hueso o cualquier cosa que sea y guardaos de hacer otra medicina”54. Uno de estos rituales mágicos se observa en la obra de Bonifa- cio di Calabria De la manescaltia (Biblioteca Apostólica Vatica- na, ms. lat. 7228, c. 42, part.) realizada durante el primer dece- nio del siglo XV por un artista formado en un centro situado en el sur de Italia55. La tipología iconográfica descrita, correspondiente al caballo zodiacal, se reproduce en un ejemplar sumamente deteriorado de esta misma obra localizado en Palermo (Biblioteca Centra- le della Regione siciliana, ms. V-E 17), con la particularidad de representar al equino dirigido hacia la derecha, dotado de una espesa crin (fig. 10)56. A pesar de su deteriorado estado de con- servación, observamos la misma situación de los planetas en relación al círculo celestial. Una propuesta icónica similar se aprecia en un manuscrito perteneciente a la Biblioteca Capitular y Colombina de Se- villa (sign. top. 5-4-46), que procede de la biblioteca de Her- nando Colón, segundo hijo del descubridor de América57. El manuscrito hispalense se ilustra con una representación del equus signorum (fig. 11) que tiene numerosos puntos de contacto con la imagen plasmada en el códice barcelonés. Sólo existen divergencias que afectan a la disposición del caballo, orientado de izquierda a derecha, y a las referen- cias astrales, que omiten la presencia de Saturno y de Venus. A esta representación le suceden cuatro ilustraciones a pá- 10 josefina planas badenas 195 11 Manuel Díez: Caballo astrológico. Llibre de Menescalia, c. 1460. Biblioteca Capitular y Colombina, Sevilla, sign. top. 5-4-46, fol. 11v/VIIIv. 12 Manuel Díez: Modo en el que se debe sujetar a un caballo para echarlo a tierra y proceder a un tratamiento terapéutico. Llibre de Menescalia, c. 1460. Biblioteca Capitular y Colombina, Sevilla, sign. top. 5-4-46, fol. 7r/Xv. 11 12 iconográfico desarrollado en el Libro de menescalcía y de al- En la Biblioteca de la Universidad de Valencia (ms. 833) consta beytería redactado por Juan Álvarez de Salamiellas (París, la existencia de otro ejemplar de la obra redactada por Manuel BnF, ms. esp. 214), realizado hacia 1390 para algún miembro Díez. Este ejemplar procede de la biblioteca del Real conven- del linaje Béarn. En ambos casos se manifiesta la fructífe- to de Predicadores de Valencia, institución a la que había sido ra interacción existente entre el programa iconográfico y donado por fray Vicente Beaumont: “Este libro de albeitería el contenido textual en un tipo de códice planteado bási- ha sido compilado y experimentado por el noble señor Manuel camente con fines utilitarios, inspirados posiblemente en Dieç señor de la villa de Andilla. En nombre de la santa Trini- libros de modelos afines (fig. 13)59. dad que es Padre e Hijo y Espíritu Santo en un solo Dios...”60. El 196 g o ya 3 4 0 · a ñ o 2 0 1 2 13 Juan Álvarez de Salamiellas: Libro de menescalcía y de albeytería, c. 1390. París, BnF, ms. espagnol 214, fol. 28v. 14 Manuel Díez: Principales patologías de un caballo. Llibre de Menescalia, c. 1470-1480. París, BnF, ms. espagnol 215, fol. 1. caballo zodiacal aparece en el segundo folio del tratado, repro- ducido a través de un dibujo sumario, rodeado por un círculo donde se disponen los cuatro planetas (Júpiter, Marte, Mercu- rio y Venus), más las personificaciones del Sol y de la Luna. Los nombres de los doce signos zodiacales se distribuyeron sobre cada una de las partes del animal61. La última imagen de la obra redactada por Manuel Díez (Bi- blioteca de Catalunya, ms. 1661, fol. 7) muestra a un caballo representado ante un referente paisajístico convencional, con la localización de las principales patologías escritas con tinta de color carmín. Las enfermedades se concentran en las extremidades motrices, de forma muy parecida a la úni- ca imagen que ilustra un ejemplar del Libro de albeitería de Manuel Díez custodiado en París (BnF, ms. espagnol 215, fol. 1) (c. 1470-1480), procedente de la biblioteca de los reyes ara- goneses de Nápoles, y más en concreto de la biblioteca priva- da del gran senescal Pedro de Guevara62. En el folio número 1 se lee: “Éstas son las enfermedades que se originan en las extremidades y en el cuerpo del caballo, las cuales son todas 13 malas, según muestra el caballo pintado aquí debajo, de es- tas enfermedades y de sus curas habla el libro extensamente” (fig. 14)63. Bajo esta inscripción el artista dibujó a pluma la silueta de un équido64. En conclusión, todo parece indicar que la presencia del caba- llo zodiacal en el tratado de albeitería de Manuel Díez sien- ta sus bases en el conocimiento directo de algún ejemplar de la obra de Lorenzo Rusio trasladado a lengua vulgar, quizás a raíz de su desplazamiento al reino de Nápoles. Cabe recor- dar que el rey Ferrante I de Aragón poseyó un códice miniado, traducido por Antonio Dapera, del tratado de albeitería obra de Bonifacio de Gerace o Bonifacio de Calabria, dato que per- mite intuir la posible presencia del equus signorum entre sus ilustraciones65. La imagen del caballo astrológico, desplazada desde los reinos y estados italianos hasta el contexto geográfi- co peninsular, fue adoptada en un territorio donde existía una antigua tradición textual que contemplaba la influencia de los astros en relación a cada una de las partes del caballo, factor que debió jugar a favor de la recepción y asimilación de esta nueva propuesta iconográfica66. 14 josefina planas badenas 197 · notas · 1 Un extracto del contenido de este estu- fuentes, La ciència en català a l’Edat Mit- Mariscalería-Veterinaria, Espasa-Cal- 28 H. Bober, “The Zodiacal Miniatures of dio fue publicado en J. Planas, “Cure da jana i el Renaixement, op. cit., pp. 147-148. pe, Madrid, 1941, pp. 99-107. V. Dualde the Très Riches Heures of the Duke of cavallo. Il Libro de Menescalía di Ma- 12 Ll. Cifuentes y C. Ferragud, “El ‘Libre Pérez, Historia de la albeytería valen- Berry. Its Sources and Meaning”, Jour- nuel Díeç”, Alumina. Pagine miniate, 19, de la Menescalia’ de Manuel Díes: de ciana, Ajuntament de València, Valen- nal of the Warburg and Courtauld Insti- 2007, pp. 58-63. Deseo hacer llegar mi espejo de caballeros a manual de albéi- cia, 1995, pp. 258-268. tutes, 11, 1948, pp. 1-34. F. Saxl, “Macro- reconocimiento al profesor Martí Pu- tares”, Asclepio, LI-1, 1999, p. 93. 21 Ll. Cifuentes, La ciència en català a cosmos y microcosmos en las pinturas marola i Batlle, secretario de la Associa- 13 V. Ximeno, Escritores del reyno de Valen- l’Edat Mitjana i el Renaixement, op. cit., medievales”, en La vida de las imágenes. ció Catalana d’Història de la Veterinària cia, chronológicamente ordenados desde pp. 149-150. Estudios iconográficos sobre el arte occi- por ayudarme a resolver algunas dudas el año MCCXXXVIII de la Christiana 22 Fol. 110v: “Et hec finis fuit consumatum dental, Alianza, Madrid, 1987, pp. 59-71. relacionadas con patologías equinas. Conquista de la misma Ciudad, hasta el quarta augusti mº dº ii”. J. Seznec, Los dioses de la Antigüedad 2 “Tot cavall bo primeramente e principal MDCCXLVII, I, Imprenta de Joseph Es- 23 F. Doménech y Roura, Nobiliari general en la Edad Media y el Renacimiento, car aso es lo ffonament dela bellesa e tevan Dolz, Valencia, 1747, pp. 35-37. català de llinatges: Catalunya, València, Taurus, Madrid, 1983, pp. 41 y ss. bondat deu esser ben enfrenant e lexal 14 R. Baldaquí y J. M. Baldaquí, “A l’entorn Mallorca, Rosselló, Montaner i Simón, 29 En Italia ver L. Brunori Cianti, “Ele- e ffrenase ab tota manera de ffrens. E de la biografia de Jordi de Sant Jordi. Barcelona, 1923, vol. I, p. 38. F. Tarafa, menti Classici nell’immagine del ‘Equus que aya lo afrenament fferm e amig coll. Un document inèdit”, en Actes del Novè Crònica de cavallers catalans. Trans- Signorum’ nei codici di Mascalcia”, E ben portar lo moro devall entre lo pits Col.loqui Internacional de Llengua i Li- cripció i estudi crític per Alexandre Atti del V Congresso di Storia della Mi- e lo coll mig pal luny deu testar sovent teratura catalanes. Alacant-Elx, 1991, d’Armengol i de Pereyra, II, Asociación niatura, “La Tradizione classica nella la brida mostrant ne plaer e deu salive- Publicacions de l’Abadia de Montserrat de Bibliófilos de Barcelona, Barcelona, miniatura europea”, Rivista di Storia yar amesuradament e que sia bo de enf- y Universitat Jaume I, Barcelona, 1993, 1954, nº 184. “Traité du blason et armo- della Miniatura, 4, 1999, pp. 61-72. frenar e de ensellar e de fferrar deu aver vol. I, pp. 257-271. rial catalan de Steve Tamburini, edité 30 L. Brunori Cianti, La Pratica della Vete- bona cara e fferma que nos espant de 15 V. Dualde Pérez, “Notas sobre albeyte- et annoté par P. Adam”, Boletín de la rinaria…, op. cit., pp. 43-45. D. Pingree, res ni de neguna pahor que ab armes ni ría en el reino de Valencia: exámenes Real Academia de Buenas Letras de Bar- “Between the Gaya and Picatrix I. The abres li sia ffeta. Gran pas e larguer deu de albéitares en el siglo XV”, Boletín celona, XXIX, 1961-1962, p. 379, nº 49. Spanish Version”, Journal of the War- aver en camp. E per ciutat curt. E ben de la Sociedad Castellonense de Cultura, 24 (Biblioteca de Catalunya, ms. 1415) Guía burg and Courtauld Institute, 44, 1981, preat he deu saber trotar larch e curt e LXI, 1985, pp. 393-397. de la Biblioteca Central de la Diputa- pp. 27-56. pla… Deu be girar a totes mans… Mas 16 Ll. Cifuentes y C. Ferragud, “El ‘Libre ción Provincial de Barcelona, Barcelona, 31 El Picatrix fue traducido en 1256 en la dos tranchs deu esser sa girada e aso de la Menescalia’ de Manuel Díes”, op. 1959, p. 114. Cincuenta años de la anti- corte castellana de Alfonso X el Sabio. es pus segur e pus bell. Deu saber ben cit., p. 98. gua biblioteca de Cataluña, Biblioteca De este texto se conserva una versión golopexar larch e curt per muntanyes e 17 “Açi començen los XII signos del cel e Central de la Diputación de Barcelona, en lengua árabe, otra latina y algunos avallades e longa terra…”. La traducción la virtut qui an...”. Catalogue Général Barcelona, 1968, p. 165. S. Farnés i Ju- fragmentos de la perdida traducción al castellano de diversos fragmentos des Manuscrits des Bibliothèques Pu- lià, “Alguns manuscrits de medicina al castellano. A. Domínguez Rodríguez, extraídos del texto de Manuel Díez pre- bliques de France. Départements, París, i ciències afins dels segles XV i XVI a Astrología y arte en el Lapidario…, op. sentes en este artículo ha sido obra de 1891, vol. XIII, pp. 92-93. El Libro de los Catalunya”, en IV Congreso de la me- cit., p. 10. C. Alvar, “Alfonso X: Astrono- Ramon Rubinat Parellada. Caballos. Tratado de albeitería del siglo dicina catalana. Poblet 7-9 de junio de mía, Astrología y Magia”, en Alfonso X 3 C. Plinii Secundi, Naturalis Historia, XIII, editado con introducción y voca- 1985, Poblet, 1985, vol. II, p. 147, nº 31. El Sabio, catálogo de exposición, Región Berolini, 1866 (reimpresión 1992), vol. bulario por G. Sachs, Madrid, 1936. A. Escudero Mendo, Manuscritos de la de Murcia, Murcia 2009, pp. 412-420. I, libro VIII, 67, p. 166. Aires Augusto 18 El Tratado de los caballos enfermos Biblioteca de Catalunya de interés para 32 Desde la época de Paulo Orosio hasta el Nascimento me ha facilitado, con la ge- muestra conexiones con el griego de la farmacia y las ciencias médicas: en siglo VI los seguidores de Prisciliano, a nerosidad que le caracteriza, esta cita. Herodes. A. Domínguez Rodríguez, As- particular el “Tresor dels pobres”, tesis imitación de los Maniqueos, señalaron 4 En relación a los orígenes de la caba- trología y arte en el Lapidario de Alfon- doctoral inédita, Universidad de Bar- las conexiones existentes entre cada llería y al uso del caballo, en un senti- so X El Sabio, Edilán, Madrid, 1982, celona, Facultad de Farmacia, 1993, pp. una de las partes del cuerpo humano do amplio, que incluye desde tácticas p. 13. Los contactos entre los reinos 145-223 y 345. E. Duran (dir.), Reperto- y los doce astros. También asignaban bélicas a contenidos simbólicos, ver cristianos y el mundo musulmán esta- ri de manuscrits catalans (1474-1620), a los doce apóstoles el mismo papel F. Cardini, Alle radici della cavalleria ban afianzados por el comercio equino Institut d’Estudis Catalans, Barcelona, concedido anteriormente a los doce medievale, La Nuova Italia, Florencia, establecido entre Andalucía y los terri- 1998, vol. I, pp. 275-276. dioses y se les ponía en relación con 1982 (2ª ed.). torios meridionales franceses o el in- 25 P. Bohigas i Balaguer, La ilustración y los meses del año, de igual modo que 5 L. Mackinney, Medical Illustrations in tercambio de caballos como presentes. la decoración del libro manuscrito en Cristo se vinculaba con el Sol. J. Mar- Medieval Manuscripts, University of Y. Renouard, “Un sujet de recherches: Cataluña. Período gótico y Renacimien- tínez-Gázquez, “L’Homo Astrologicus California Press, Berkeley y Los Ange- l’exportation de chevaux de la Péninsu- to, vol. II, Asociación de Bibliófilos de du ms. 2052 des Archives Capitulaires les, 1965, p. 99. le Ibérique en France et en Anglaterre Barcelona, Barcelona, 1965, p. 61. de la Seu d’Urgell”, en Les astres. Actes 6 L. Brunori, “Malattie e ‘rimedi’ nelle au Moyen Age”, Études d’Histoire mé- 26 II + 110 + III folios, fols. 3, 4 y 8 en blan- du colloque International de Montpe- illustrazioni di antichi codici di vete- diévale, II, 1968, pp. 113-120. A. Vernay- co, 305 x 215 mm. Este códice fue ob- llier, Montpellier, 1996, vol. II, pp. 71-81. rinaria”, Rivista di Educazione Perma- Nouri, “Chevaux et pratiques équestres jeto de una adaptación posterior como A. García Avilés, El tiempo y los astros. nente Veterinaria, IX, 12, 1988, pp. 21-26. dans les manuscrits arabes”, Chevaux et revela la mutilación de algunos de sus Arte, ciencia y religión en la Alta Edad 7 Ch. H. Haskins, Studies in the History cavaliers arabes dans les arts d’Orient et folios. El orden textual de este tratado Media, Universidad de Murcia, Murcia, of Mediaeval Science, Harvard Univer- d’Occident, Gallimard, París, 2002, pp. es el siguiente: fols. 1-2v, índice de con- 2001, pp. 145-156. sity Press, Cambridge, 1927, p. 256. 73-79. Con respecto a las fuentes clási- tenidos pertenecientes al libro de los 33 San Isidoro de Sevilla después de ex- 8 L. Brunori Cianti, La pratica della vete- cas que inspiraron este tipo de tratados, caballos; fols. 5v-7, tres representacio- poner las diferencias existentes entre rinaria nei codici medievali di Mascalcia, ver K. Weitzmann, “The Greek Sources nes de équidos; fols. 9-98, libro de los la astronomía y la astrología reiteró la Edagricole, Bolonia, 1993, pp. 39 y ss. of Islamic Scientific Illustrations”, Ar- caballos; fol. 99, índice de contenidos condena hacia este tipo de prácticas. 9 Ll. Cifuentes, La ciència en català a chaeologica Orientalia. In memoriam correspondientes al libro de las mulas; F. Rico, El pequeño mundo del hombre, l’Edat Mitjana i el Renaixement, Uni- Ernst Herzfedl, 1952, pp. 244-266. fols. 99v-110v, libro de las mulas. Alianza, Madrid, 1986, pp. 157-170. versitat de Barcelona y Universitat de 19 Ll. Cifuentes y C. Ferragud, El ‘Libre de 27 “Lo cavall deu aver lo cap molt sec e 34 H. Bober, “The Zodiacal Miniature of les Illes Balears, Barcelona y Palma de la Menescalia’ de Manuel Dieç, op. cit., descarnat e front ample y los ulls grans the Très Riches Heures of the Duke of Mallorca, 2006 (2ª ed.), p. 148. pp. 104-105. hi exits porafora y les cellas planes e Berry…”, op. cit., pp. 1 y ss. J. C. Webs- 10 Y. Poulle-Drieux, L’Hippiatrie dans 20 Ll. Faraudo de Saint-Germain, “El tex- no gens grosses e lo sobre hull inflat he ter, The Labors of the Months in Anti- l’occident latin du XIII au XV siècle, en to primitivo inédito del ‘Tractat de les rebotit per porafora e les orellas curtes que and Mediaeval Art to the End of the G. Beaujouan, Médicine humaine et vé- mules’ de mossén Manuel Dieç”, Bole- e agudes he dretas e no gens penjades Twelfth Century, Princeton University térinaire à la fin du Moyen Age, Droz, tín de la Real Academia de Buenas Le- […] e en les galtes poca carn. Les na- Press, Princeton, 1938, pp. 34-35. M. Ginebra, 1966, pp. 2-167. tras de Barcelona, XXII, 1949, pp. 23-62. rills molt amples e que de dins li veja Castiñeiras González, El calendario me- 11 Teodorico de Borgognoni, hijo de un Existen otros autores que tratan de re- hom vermelejar. La boca ben fessa e lo dieval hispano (siglos XI-XIV), Junta médico boloñés, escribió dos tratados, construir la biografía de Manuel Díez, morro dejus pus larch quel dessus e ab de Castilla y León, Valladolid, 1996, pp. uno quirúrgico y otro de veterinaria, que aunque en estos relatos existen algunas poca carn […]”. M. Dieç, Llibre de Me- 49-56. O. Pächt, “Early Italian Nature tuvieron gran aceptación durante los si- imprecisiones. C. Sanz Egaña, Historia nescalía, Biblioteca de Catalunya, ms. Studies and the Early Calendar Lands- glos bajomedievales en Cataluña. Ll. Ci- de la veterinaria española. Albeitería- 1661, fol. 16v. cape”, Journal of the Warburg and 198 g o ya 3 4 0 · a ñ o 2 0 1 2 Courtauld Institutes, 13, 1950, pp. 46-47. nor de Aragón, quien pudo ofrecerlo a hos; ho segons de que sera; e guardau Universitaria de Barcelona, Direcciones 35 M. Therèse D’Alverny, “L’homme com- su hermano Alfonso V el Magnánimo. que apres noy fassau altra medicina”. Generales de Enseñanza Universitaria me symbole. Le microcosme”, en Studi Esta hipótesis no es compartida por Ai- Estas invocaciones dirigidas a Cristo, o y de Archivos y Bibliotecas, Servicio e Simbologia nell’alto Medioevo. Set- res Augusto Nascimento, quien lo vin- a otras figuras investidas de santidad, de Publicaciones de la Junta Técnica, timane di Studio del Centro Italiano di cula con la biblioteca del condestable eran prácticas habituales en estos tex- Madrid, 1958, vol. I, pp. 71-77. Consta la Studi sull’Alto Medioevo, Spoleto, 1976, Pedro de Portugal. F. Avril et al., Ma- tos centrados en la salud del caballo. P. existencia de un ejemplar misceláneo XXIII, I, pp. 122-183. nuscrits enluminés de la Péninsule Ibéri- Murray Jones, Medieval Medicine in de la obra de Manuel Díez en la biblio- 36 G. Zanier, La Medicina Astrologica e la que, Bibliothèque nationale de France, Illuminated Manuscripts, The British teca del convento de Santo Domingo de sua teoria: Marsilio Ficino e i suoi critici París, 1982, p. 149, nº 164. A. A. Nasci- Library, Londres, 1998, pp. 100-101. Barcelona. J. Villanueva, Viage literario contemporanei, Edizioni dell’Ateneo & mento, “Manuscritos e textos dos Prín- 55 L. Brunori Cianti y L. Cianti, La pratica a las iglesias de España, Imprenta Real, Bizarri, Roma, 1977. cipes de Avís: o Leal Conselheiro e ou- della veterinaria…, op. cit., p. 50, fig. 28. Madrid, 1851, vol. XVIII, p. 184. P. Bo- 37 H. Bober, “The Zodiacal Miniature of tros manuscritos. Problemas de deriva 56 P. Bohigas, “El repertorio de manus- higas, “El Repertori de manuscrits ca- the Très Riches Heures of the Duke of filológica e tentativa reintegraçao”, en crits catalans de la Institució Patxot. talans de la Institució Patxot”, op. cit., p. Berry”, op. cit., pp. 7 y ss. M. E. Scheffer y A. Cortijo Ocaña (eds.), Missió de París. Biblioteca Nacional 105, nota 94. 38 Bonifacio di Calabria, Lorenzo Rusio, Medieval and Renaissance Spain and (1926-1927)”, en Sobre manuscrits i bi- 60 “Aquest libre de menescalia ha com- Liber medicamentorum equorum (Pier- Portugal. Studies in Honour of Arthur L. blioteques, Curial Edicions Catalanes, pilat e esperimentat lo Noble mossen pont Morgan Library, ms. M 735); Boni- F. Askins, Tamesis, Woodbridge, 2006, Publicacions de l’Abadia de Montse- Manuel diez senior de la vila de Andi- facio di Calabria, Lorenzo Rusio, Libro pp. 269-288. En el inventario de los rrat, 1985, p. 105, nota 94. S. Barreca, “I lla. En nom sia de la santa trinitat qui es de la manescalcia (British Library, mss. bienes librarios del duque de Calabria, manoscritti scientifici della Biblioteca pare e fill e sant spirit tot un deu…”. add. 15097), y Bonifacio di Calabria, realizado en 1527, consta: “Et piú uno centrale della Regione siciliana”, en Il 61 Este códice procede del Real Convento Lorenzo Rusio, Menescalcia de li cavalli libro de menescalchia, de volume de fo- meridone e le scienze (secoli XVI-XIX). de Predicadores de Valencia. M. Gutié- (Biblioteca del Archiginnasio de Bolog- glio comune, scripto de literra corsiva Palermo Palazzo Steri, 14-16 maggio, rrez del Caño, Catálogo de los manus- na, ms. A 1525). L. Brunori Cianti, “Ele- in carta bambacina. Comenza in tutte 1985, Palermo, 1985, p. 43. A. Gasparetti, critos existentes en la Biblioteca Uni- menti classici nell’immagine del ‘equus le generationi de animali el capo è piú Un trattato di mascalcia del secolo 16 in versitaria de Valencia, Valencia, 1992 signorum’...”, op. cit., p. 64. principale, et ala fine miniscalchi han- lingua catalana, Castellón de la Plana, (1913), vol. I, pp. 288-289, nº 833. J. Pas- 39 R. French, “Astrology in Medical Prac- no trovato questa medicina essere per- s.n., 1931. Anuari de l’Institut d’Estudis tor Fuster, Biblioteca Valenciana de los tice”, en L. García Ballester, R. French, fectissima et laudata. Coperto de coiro Catalans, 1907, p. 504. Escritores que florecieron hasta nuestros J. Arrizabalaga y A. Cunningham (eds.), leonato signato Miniscalchia 24; notato 57 Don Hernando Colón, segundo hijo del días. Con ediciones y enmiendas a la de Practical Medicine from Salerno to the alo imballaturo a ff. 18, partita prima”. descubridor de las Indias, había reuni- D. Vicente Ximeno, I, Imprenta y Libre- Black Death, Cambridge University P. Cherchi y T. de Robertis, “Un inven- do a lo largo de su vida un espléndido ría de José Ximeno, Valencia, 1827, p. 21. Press, Cambridge, 1994, pp. 39-42. tario della biblioteca aragonese”, Italia fondo bibliográfico que acabó fusio- 62 G. Mazzatinti, La Biblioteca dei Re 40 Este monarca angevino, debido a su Medioevale e Umanística, XXXIII, 1990, nándose con los fondos librarios de d’Aragona in Napoli, Licinio Capelli, política militar, parece ser el responsa- p. 253, nº 251. la Biblioteca Capitular de Sevilla. Las Rocca San Casciano, 1897, p. 135, nº 343. ble de proyectar esta imagen hacia las 46 L. Brunori Cianti y L. Cianti, La pratica Joyas de la Colombina. Las lecturas de F. Avril et al., Manuscrits enluminés de cortes septentrionales de la península della veterinaria…, op. cit., pp. 225-226. Hernando Colón, Junta de Andalucía, la Péninsule Ibérique, Bibliothèque na- italiana. L. Brunori Cianti, “Elementi 47 A. García Avilés, El tiempo y los astros. Biblioteca Nacional y Cabildo catedral tionale de France, París, p. 125, nº 140. B. classici nell’immagine del ‘Equus sig- Arte, ciencia y religión en la Alta Edad de Sevilla, Sevilla, 1989, pp. 84-85, nº 58. Prévot (ed.), L’hippiatrie au Moyen Age. norum’…, op. cit., pp. 61-72. L. Brunori Media, op. cit., pp. 83 y ss. M. C. Álvarez Márquez, El mundo del li- Le Cheval en France au Moyen Age. Sa Cianti, “Testo e immagine nei codici di 48 Esta variante iconográfica se observa en bro en la iglesia catedral de Sevilla en el place dans le monde médièval; sa méde- mascalcia italiani dal XIII al XV seco- el ejemplar del Libre de Menescalia de siglo XVI, “Sección Histórica”, 40, Di- cine: l’exemple d’un traité vétérinaire du lo”, Atti del IV Congresso di Storia de- Manuel Dieç conservado en la Biblio- putación Provincial de Sevilla, Sevilla, XIVè siècle, la cirurgie des chevaux, Ber- lla Miniatura, “Il codice Miniato laico: teca de la Universidad de Valencia (ms. pp. 28-42. nard Ribémont, Caen, 1994, pp. 342-347. rapporto tra testo e immagine”, Rivista 833). M. Gutiérrez del Caño, Catálogo 58 J. F. Sáez Guillén y Pilar Jiménez de 63 “Aço son les malalties qui.s fan al cavall di Storia della Miniatura, 1-2, 1996-1997, de los manuscritos existentes en la Biblio- Cisneros Vencelá, “Libre de la menes- en les cames en lo cors, les qualls son pp. 249-255. teca Universitaria de Valencia, Librería calia compost per lo noble mossen Ma- totes males, segons mostra lo cavall qui 41 A. Ryder, El reino de Nápoles en la épo- Maraguat, Valencia, 1913, vol. I, p. 288. nuel Díez”, en Mil años del caballo en el de ius es pintat, de les qualls malalties ca de Alfonso el Magnánimo, “Edicions 49 Esta opción iconográfica aparece en la arte hispánico, Real Maestranza de Se- e de lur cures lo llibre avanti parla pus Alfons el Magnànim”, Institució Valen- edición castellana de la obra impresa villa, Sevilla, 2001, pp. 87-89, nº 15. largament”. ciana d’Estudis i Investigació, Valencia, en Zaragoza por Paulo Hurus en 1496, 59 F. Avril et al., Manuscrits enluminés de 64 P. Bohigas, “El repertori de manuscrits 1987, p. 46. convertido en un ejemplo destacado de la Pénsinsule Ibérique, op. cit., pp. 98- catalans de la Institució Patxot. Missió 42 A. Ryder, Alfonso el Magnánimo rey las ilustraciones a la entalladura apare- 100, nº 111. En la Biblioteca de la Uni- de París. Biblioteca Nacional (1926- de Aragón, Nápoles y Sicilia 1396-1458, cidas en los incunables científicos es- versidad de Barcelona (ms. 21-2-19) se 1927)”, op. cit., p. 105. “Edicions Alfons el Magnànim”, Gene- pañoles. J. M. López Piñero, El grabado conserva otro ejemplar de esta obra 65 G. Beaujouan, Y. Poulle-Drieux y J. M. ralitat Valenciana, Valencia, 1992, p. 380. en la ciencia hispánica, CSIC, Madrid, procedente del convento barcelonés de Dureau-Lapeyssonnie, Médicine humai- 43 Se cuenta que el monarca, con sesen- 1987, pp. 16-17. Santa Catalina. Se trata de un códice ne et vétérinaire à la fin du Moyen Âge, ta años, preparó una larga expedición 50 V. Dualde Pérez, Historia de la albeyte- misceláneo que desde el folio 13 al 103 Ginebra y París, pp. 9-67 (pp. 40-42). desde Nápoles desafiando al frío, al ría valenciana, op. cit., pp. 350-352. L. incluye el tratado de albeitería de Ma- En esta publicación se da noticia de la barro, a la lluvia y a la niebla del invier- Brunori Cianti y L. Cianti, La pratica nuel Díez, como subraya la escritura subasta del ejemplar de Fernando I de no de Apulia. La guerra tampoco inte- della veterinaria…, op. cit., p. 66, nota 7. de Miquel Carbonell. Este códice, in- Aragón en Londres en 1961. Ancient, rrumpía las actividades cinegéticas de 51 M. L. Martín Ansón, “Amuletos-talis- acabado, está lejos de los ejemplares de Mediaeval and Modern nº 5. A Catalo- Alfonso el Magnánimo y en épocas de manes para caballos, en forma de cre- lujo, ya que sus folios son de papel y fue gue of Manuscripts and Books (catalo- paz podía organizar, con todo tipo de ciente, en la España medieval”, Archivo caligrafiado con una simple letra cur- gue 880), Maggs, Londres, 1961, nº 60, boato, cacerías ceremoniales. A. Ryder, Español de Arte, 309, 2005, pp. 5-21. siva. El interés del manuscrito se con- fig. 3. Scriptorium, XVI, 1962, p. 400. El reino de Nápoles en la época de Alfon- 52 L. Faraudo de Saint Germain, El texto centra en el último capítulo del tratado 66 A pesar de la existencia de numerosas so el Magnánimo, op. cit., pp. 90-91. primitivo inédito…, op. cit., p. 28, nota 14. de mulo-medicina dedicado al curso referencias documentales que infor- 44 A. Ryder, El reino de Nápoles en la épo- 53 V. Dualde Pérez, Historia de la albeyte- de la Luna, convertido en un pintores- man sobre la producción de libros y la ca de Alfonso el Magnánimo, op. cit., pp. ría valenciana, op. cit., p. 352. co apéndice astrológico, incorporado a presencia de grandes bibliotecas du- 89-93. 54 “Vos estareu agenollat envers sol hixent beneficio de hombres y animales. A esta rante los períodos omeya y almohade, 45 Entre los fondos manuscritos napolita- e direu tres Pater nosters, e tres Ave finalidad responden las figuras demos- sólo se ha conservado un testimonio fi- nos se localiza la obra de Dom Duarte, maries; e apres direu les seguents pa- trativas y las tablas sinópticas indica- dedigno de lo que pudo ser la creación Leal Consselheiro y Livro da enssynança raules tres vegades arreu: Nichodemus doras de las fechas favorables, adversas de códices iluminados en los territorios de bem calvalgar a toda sella (Bibliothè- desclava les mans e los peus de Jesu- o simplemente indiferentes respecto musulmanes de la Península Ibérica. que nationale de France, ms. portugais christ de la creu; axí com es ver guares- a las diversas acciones que se deseen D. J. Roxburgh, “Los libros árabes y el 5) (¿1433-1438?). Este manuscrito había ca aquesta bestia de aquella ferida de realizar. F. Miquel Rosell, Inventario scriptorium de Alfonso X”, en Alfonso X pertenecido a la reina de Portugal, Leo- aquest clau; ho espina; ho tarranch; ho general de manuscritos de la Biblioteca El Sabio, Murcia, 2009, pp. 258-265. josefina planas badenas 199